Después del Domingo de descanso, donde la mayoría de los Capitulares se han trasladado al colegio Seraphicum de Roma, este último día del Capítulo ha sido dedicado al encuentro con el Papa Francisco.
A las 9:00 de la mañana, el Cardenal Mons. Angelo COMASTRI, Vicario general de la Ciudad del Vaticano, ha presidido la Santa Misa en el ábside de fondo de la Basílica Vaticana. Mons. Angelo ha recordado el “Pequeño testamento de Siena” de San Francisco de Asís: “que [los hermanos] siempre se amen mutuamente, siempre amen y guarden la santa pobreza, nuestra señora, y que siempre se muestren fieles y sumisos a los prelados y todos los clérigos de la santa madre Iglesia” (TestS 3–5). El nuevo gobierno de la Orden está llamado a acompañar a los hermanos en la vivencia del amor recíproco y hacia la Iglesia, para que nuestro carisma sea vivido siempre más profundamente.
Después de la celebración, los Capitulares se trasladaron a la Sala Clementina, donde a las 12:00 del día aproximadamente, se tuvo la audiencia con el Papa Francisco. Después del saludo por parte del neo-elegido Ministro general Fray Carlos TROVARELLI, el mismo Papa ha invitado a los hermanos a vivir su ser “hermanos y menores”. San Francisco goza de gran actualidad, pues ha puesto el Evangelio al centro de su vida; del mismo modo hoy, como hermanos menores, debemos anunciar la Buena Noticia con la vida y la palabra.
Con la bendición apostólica, el Papa Francisco ha despedido a los Capitulares y ha agradecido también nuestra oración por él y por su ministerio.
Fray Aurelio ERCOLI, cronista
Audiencia Papal
202° Capítulo General de los Frailes Menores Conventuales
Lunes 17 de junio 2019, 12:00 del día — Sala Clementina
SALUDO DEL MINISTRO GENERAL
Beatísimo Padre,
agradezco a Usted, a nombre de todos los hermanos aquí presentes, por habernos recibido esta mañana en Audiencia Privada, al término de nuestro 202º Capítulo General Ordinario, iniciado en Asís el pasado 18 de mayo.
Como San Francisco con sus compañeros, también nosotros hemos acudido a la Sede de Pedro para confirmar nuestra fe y nuestro servicio a Cristo Señor y a su Iglesia, y a pedir a Usted Su bendición para mí, elegido Ministro general y, por lo tanto, 120º sucesor de San Francisco; para los Definidores Generales, que colaborarán conmigo en el gobierno al servicio de la Orden, para los hermanos Capitulares y para toda la Orden.
No podemos ocultar todo lo que nuestros corazones sienten al venir ante el “Señor Papa” (como le gustaba decir al Santo de Asís): es decir, más allá de la devoción, sentimos una inmensa alegría y una gran familiaridad, ya que encontramos en la misma persona al Santo Padre y a “Francisco”.
Durante nuestra asamblea, hemos podido contemplar la vida de la Orden en estos últimos años: hay muchas razones para la esperanza. La custodia de los lugares franciscanos, antonianos y kolbianos, el florecimiento de las vocaciones en algunos países del sur del mundo, las experiencias de nueva evangelización por las calles y a través de los medios de comunicación, las numerosas misiones ad gentes, la solidaridad de los recursos dentro de la Orden, las diversas actividades caritativas en favor de los más marginados, el diálogo abierto con los hermanos musulmanes en este 800º aniversario del encuentro de San Francisco con el Sultán, los proyectos de eco-sostenibilidad puestos en marcha en algunas jurisdicciones y, no menos importante, haber contemplado a diversos frailes y laicos pertenecientes a nuestra Familia Franciscana, ser elevados a los honores de los altares, gracias a Su beneplácito.
También somos conscientes de nuestras muchas debilidades, que Usted bien conoce; pero nos llena de esperanza que el Capítulo se haya abierto confiadamente a los desafíos que emergen de y ante nosotros mismos: la perseverancia en nuestra vocación y elección, la calidad evangélica de nuestro estilo de vida, una adecuada relación con el mundo de los medios de comunicación sociales, nuestra respuesta ante el sufrimiento y el clamor del mundo. Además, seguimos confirmando algunos desafíos muy concretos, como la creación de la Universidad Franciscana en Roma, que Usted ha fuertemente deseado, como signo de unidad entre las familias franciscanas.
Santo Padre, concluyo pidiendo Su palabra de confirmación y aliento para esta gran fraternidad formada por los Ministros Provinciales, Custodios y Delegados de los cinco continentes, asegurándole que no nos olvidaremos de orar por Usted, pidiendo la intercesión de San Francisco por su ministerio de Padre y Pastor.
Por último, expreso una vez más nuestra gratitud, Papa Francisco, por habernos recibido y, agrego cordialmente como agradecimiento personal a Usted, por el estilo de ser iglesia que, como don de Dios, nos muestra y nos indica.
Paz y Bien, Santidad. Dios Lo proteja siempre.
Fray Carlos Trovarelli
»»»» |