El programa para este día ha comprendido una peregrinación a Cortona (AR), también porque la sala capitular había sido ya facilitada para el encuentro de sacerdotes de Umbría – Italia.
Por la mañana, los Capitulares visitaron la ermita de “Las Celdas” en Cortona; ha sido una ocasión para recordar la presencia de San Francisco de Asís en estas tierras benditas y la figura de Fray Elías, segundo General de la Orden después del fundador. Verdaderamente un lugar lleno de espiritualidad, inmerso en la vegetación y el silencio, ahora atendido por nuestros hermanos capuchinos.
Después se visitó el santuario de Santa Margarita de Cortona; esta magnífica iglesia conserva los restos de la Santa, que siendo una laica ha sabido dejar una profunda huella en su tiempo, buscando la paz y guiando a los hermanos hacia la caridad para con los últimos y al encuentro con Cristo. Su ejemplo de valentía frente a las adversidades de la vida nos sigue recordando que solamente el Evangelio puede dar sentido a la existencia.
Después del almuerzo los hermanos visitaron la iglesia de San Francisco, donde se detuvieron a orar ante las reliquias del Pobrecillo de Asís: un hábito, un libro litúrgico y un cojín. En particular, los frailes se detuvieron un momento ante los restos mortales de Fray Elías; de este modo tuvieron la oportunidad de recordar con gratitud a este hermano nuestro, que supo unir la fe con el genio humano.
Agradecemos al Señor por este día de descanso y de apertura del corazón a nuestros orígenes franciscanos.
Fray Aurelio ERCOLI, cronista
Hoy haremos un paseo a Perusa y Cortona. Hemos estado juntos cada día por casi tres semanas. Es algo bueno salir y recordarse que hay un mundo allá afuera.
En el Evangelio, Jesús ora por aquellos que están en el mundo. Él mismo ha juntado su grupo de Discípulos, no para ser un grupo exclusivo que piensa sólo en sí mismo. Estos deben compartir la bendición que de Él han recibido.
Mientras estemos mirando las varias iglesias y monumentos de las dos ciudades, observemos a las personas que habitan en estos lugares. Nuestra reunión capitular no es sólo para nosotros mismos, sino también para ellas. Si somos más fieles a lo que hemos prometido, podremos servirlas mejor.
Oremos para que podamos llegar a ser una sola realidad con Jesús y el Padre, y Ellos puedan ser una cosa sola con nosotros y los hermanos esparcidos por el mundo.